Las propiedades inmuebles conservan su valor. Es por esto que, a corto plazo, son una excelente forma de establecer un flujo de efectivo sostenible al alquilar tu propiedad, o a largo plazo, ya que su valor tiende a aumentar de forma constante a través de los años. 

Debido a su valorización y demanda, diferentes instituciones financieras están dispuestas a ofrecer préstamos hipotecarios residenciales. A su vez, es posible tomar ventaja de diversos beneficios fiscales al invertir en bienes raíces residenciales como intereses preferenciales, disminución de tasas tributarias, entre otras. 

Como mencionamos anteriormente, los bienes residenciales siempre son una necesidad. Una de las mayores ventajas de invertir en ellos es la protección contra la inflación. Usualmente, cuando ocurre inflación, el precio de los inmuebles, particularmente los residenciales, también aumenta. Su carácter tangible genera valor a futuros inversores y disminuye su volatilidad.

En un mundo donde todos llevamos vidas ocupadas, invertir en una propiedad localizada en el corazón de la ciudad, nos facilita un estilo de vida conveniente y accesible. Disponer del transporte público, tiendas, escuelas, parques y clínicas está al alcance de tu mano no tiene precio.

La preventa te permite adquirir un inmueble antes o durante la construcción del mismo, ofreciendo beneficios como precios atractivos, mayor retorno de la inversión, oportunidad de crecimiento, entre otras ventajas económicas.

Otra ventaja de adquirir un inmueble residencial es el hecho de compartir los gastos de mantenimiento, mejoras y amenidades de la propiedad. Ten en cuenta que entre más de estos elementos cuente tu propiedad mayor será el valor de la misma.